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martes, 15 de noviembre de 2011

¡Sobran políticos!

Así, como suena: ¡Sobran políticos! En todos los ámbitos de poder: en el mundo, en la Unión Europea, en  el Gobierno Central, en las Comunidades Autónomas, en las Diputaciones Provinciales y en los Ayuntamientos. 

Sobran políticos y faltan políticos. 

Sobran políticos corruptos, y políticos de los que dicen: "Mi partido y yo". De los que dicen: "El dinero público no es de nadie". De los que se hacen millonarios aprovechándose de su posición, de los que engañan con sus palabras a los ciudadanos, de los que no renuncian a sus privilegios de clase, de los que no se hacen responsables de su mala gestión, de los que rechazan buenas propuestas de futuro porque son de otro partido, de los que no dialogan sino que imponen, de los que no están bien formados ni informados y, sobre todo, sobran los políticos que son marionetas de los bancos y de los mercados financieros.


Y faltan políticos que de verdad hagan política y democracia, éticos, honrados, bien preparados cada uno en su área, que no miren por su partido sino que estén comprometidos con su misión de servir a toda la ciudadanía, que abran el diálogo sin descalificar a las demás fuerzas políticas porque aquí estamos todos en el mismo barco, que le planten cara a los manipuladores financieros, que frenen y pongan límites a la especulación feroz del capitalismo y que se pongan manos a la obra unidos, sin intereses partidistas, en beneficio del pueblo. ¿Dónde hay de éstos, que no los veo por ningún sitio?


"Es que hay que posicionarse, tienes que ser de un partido, si no es que no estás comprometido con la sociedad y no tienes opinión". Pero, ¿qué me dices? Hoy en día, ser de un partido significa que sólo aceptas la manera de hacer las cosas de ese partido y te cierras a todo lo demás, ignorando a la mayor parte de los ciudadanos quienes seguro que  no están en el mismo partido. Ya sabemos que aunque un partido obtenga un mayor número de escaños  en las elecciones, no está representando a la mayoría de ciudadanos. El gran engaño de los votos.


 

El sistema democrático basado en la obsoleta Ley D'Hont y en los partidos a mí ya no me vale porque es un engaño manifiesto. Esta realidad actual que nos está tocando vivir reclama otra forma de dirigir los países: somos muchos ciudadanos en el mundo y para seguir manteniendo el estado del bienestar hay que abrir otras alternativas, otras formas cooperativas de gobernar los países  y otras vías de solución que ya estamos viendo que el capitalismo radical actual no ofrece.



Claro, que hace mucho tiempo ya que en España y demás países de la Unión Europea no gobiernan los políticos, sino que siguen al pie de la letra las órdenes de los mercados financieros, el Banco Central Europeo y la banca, que a su vez reciben las órdenes de los poderes en la sombra. (La codicia de algunos humanos no tiene límites). Esos son los que gobiernan de verdad y a los que habría que cortar los... ¡Huys! Por poco lo digo.




A mí me vale un gobierno cooperativo  donde estén representadas todas las fuerzas políticas para tomar las decisiones importantes, que dialoguen y que saquen adelante el país con las propuestas y propósitos de todos, y no sólo las del partido que tenga la mayoría absoluta, me vale un gobierno que ponga límites a los bancos y mercados financieros y les tenga controlados, y no al revés, me vale un gobierno que convoca referéndums para consultar a los ciudadanos las decisiones trascendentes para el país, me vale un gobierno que se cuestione la pertenencia a una Unión  Europea  hecha a la medida de Alemania y Francia y que cada día que pasa más se tambalea.



Me vale un gobierno que, antes de ajustar el cinturón de sus ciudadanos, ajusta el cinturón de la clase política eliminando sus privilegios económicos y de cualquier tipo, me vale un gobierno donde hay consenso entre los representantes de los ciudadanos y no mayorías absolutas porque eso es dictadura, me vale un gobierno que abre la puerta a la iniciativa legislativa del pueblo sin poner restricciones en ninguna materia, me vale un gobierno donde la justicia es independiente, me vale un gobierno donde sólo hay una cámara de diputados porque los senadores están de más, me vale un gobierno donde no se habla de partidos sino de los intereses de los ciudadanos, me vale un gobierno de todos y para todos que se adapta a la realidad. 


¿Que a quién voy a votar? Pues desde luego que a los grandes partidos no porque han vendido España a Europa y sólo obedecen y hacen a ciegas lo que los mercados financieros les van marcando en vez de gobernar  para los ciudadanos. Y desde luego no me voy a quedar sin votar porque quiero participar activamente con lo único que nos dejan: el voto. No me voy a abstener porque eso favorece a los partidos mayoritarios y no voy a votar en blanco por la misma razón.

Había pensado hacer un voto nulo con una papeleta dentro que ponga: ¡Sobran políticos! Eso estaría bien como protesta, y el voto nulo no favorece a los partidos grandes porque no entra en el recuento.

Lo que tengo claro es que no votaré ni rojos ni azules ni amarillos.
Votaré Verdes con muchas ganas de que obtengan representación parlamentaria y que introduzcan algunas de sus propuestas en el futuro gobierno, como poner a trabajar a todos los parados de la construcción en agricultura sostenible, plantar árboles, nuevos cultivos y en energías renovables. Genial. Y someter a la banca y a los mercados financieros a un estricto control de límites de especulación. Ahí queda eso.

Sólo con que se consigan esos dos puntos de su programa, la crisis daría un vuelco tan positivo y se generaría una rueda de progreso que no nos lo íbamos a creer. Os dejo aquí algunas de sus propuestas de futuro.




En este post os ha hablado una ciudadana desempleada más, que paga puntualmente todos los impuestos y hasta las multas de aparcamiento en zona azul, y que está ¡harta! de que nos tomen el pelo y de oír tanta mentira de boca de políticos, poderosos, financieros y medios de comunicación...

...Y que sigue teniendo esperanza en un mundo mejor para todos.