Algo tenemos que agradecer a la crisis que desafortunadamente estamos sufriendo a nivel mundial, y es que gracias a esta fatal situación creada por la mala gestión de los poderosos, se está produciendo un despertar de la ciudadanía consciente.
Ya lo estamos comprobando con las revoluciones en los países árabes, con la revolución pacífica de Islandia, con las manifestaciones de Grecia, Portugal y otros países europeos que como nosotros están sufriendo los efectos de esta crisis y, directamente, lo estamos viviendo en España con el movimiento pacífico del 15M.
En nuestro país y lo mismo en el resto del mundo, por fin los indignados se hacen oír y denuncian abiertamente y se oponen a los abusos y barbaridades del capitalismo radical y del neoliberalismo económico que esclaviza a los ciudadanos y manipula a los gobiernos de los países.
Por supuesto que todos queremos el estado del bienestar, pero… ¿a qué precio? Y… ¿estado de bienestar para quién? ¿sólo para los ricos y poderosos? ¿y qué hay para el resto de los ciudadanos, que somos la mayoría? Pues que para nosotros quedan los restos: el estado del malestar.
En fin, centrándonos en nuestro país, ¿qué hacen nuestros políticos para solucionar los problemas y salir de la crisis? Pues está visto que, a favor de la ciudadanía NADA, y sí mucho a favor de los banqueros, grandes multinacionales y poderes financieros, que son los que les manipulan.
Ahora andan todos muy ocupados con el pacto del euro (principal protesta de la manifestación del 19J) con el que nos quieren vender la película de que va dirigido a mejorar la competitividad de las economías de los países miembros, cuando realmente todas las medidas que establecen son restrictivas (claro, eso no conviene decirlo): recortes de salarios de funcionarios públicos seguido de recortes de salarios en la empresa privada (eso es lo que ellos denominan “asimilar los salarios a la productividad”), recortes en las pensiones y en los gastos públicos para sanidad y educación.
Ah, y fomentar el impulso del empleo. Claro, con sueldos más baratos, despidos más baratos y con los recortes sociales, es un panorama perfecto para que las empresas contraten a más gente, en situación cada vez más precaria y con menos derechos sociales.
Además, cada país se debe comprometer a cumplir la política financiera, los objetivos de estabilidad y de control del déficit que marque la UE. Ya sabéis… objetivos tan difíciles de cumplir que nos avocan a que el gobierno, sea el que sea, azul o rojo, tenga que recortar todo tipo de gastos interiores para cumplirlos y, además, tendremos que aumentar nuestra aportación de dinero a la máquina europea. Claro, la maquinita manipuladora no funciona sola y es insaciable.
Esto supone que, además de todos los recortes sociales, nos aumentarán los impuestos, sobre todo los indirectos como el IVA (ya sabéis que todo lo que pagamos de IVA va destinado a la Unión Europea), y además deberemos aportar un tanto por ciento mayor sobre el Producto Interior Bruto. No conviene olvidar que España ya no recibe de Europa tanto como aporta, pues ya hay otros nuevos países miembros que lo necesitan más que nosotros.
Pero no hay problema porque, si no cumplimos sus objetivos, superamos el déficit que nos hayan marcado y nuestra economía llega al caos, vendrá la salvadora mamá Europa y nos inyectará un rescate de 90.000 millones de eurazos, a devolver cómodamente con sus intereses correspondientes, lo cual endeudará a nuestro país por los siglos de los siglos amén.
Bueno, volviendo a los políticos de nuestro país, todos ellos con el culo bien pegado a su escaño de oro, todos ellos honorables y dignos defendiendo los intereses de los ciudadanos (jajaja), todos ellos, rojos y azules, entregando su vida por el bien común (jajaja), se les llena la boca cuando pronuncian palabras como Estado de Derecho, Democracia, Derechos de los trabajadores, Estado de bienestar, todos ellos nos prometen el paraíso si les votamos…
En fin, políticos que hacen promesas y dicen palabras que suenan muy bien, pero que tienen que reaprender lo que es la democracia. Sí, tienen que volver a recibir clases intensivas para bajar de su pedestal de oro y aprender de nuevo su oficio.
Señores, no estamos en una oligarquía parlamentaria, sino en una democracia, ¿les suena la palabra?
La democracia de laboratorio que se forjó en la transición política del 78, con la lucha y el esfuerzo de los ciudadanos que reclamaban sus derechos en aquél tiempo, dio como fruto la actual constitución española.
Ahora, en la actualidad, aquella democracia pactada y fabricada para la ocasión, ya está desgastada, ya no nos sirve. Fue muy válida para aquel momento y años posteriores, para poder pasar del régimen autoritario al régimen de libertades y derechos, pero, después de 33 años ejerciendo esos derechos, la ciudadanía ha madurado y ya no nos tragamos las mentiras que nos quieren hacer creer.
La política tiene que reinventarse. Ya no nos sirve el juego sucio de tirarse acusaciones y descalificaciones de uno a otro partido. Ya no nos sirve la demagogia de palabras que suenan muy bien pero que son mentira. Ya no nos sirven los líderes caciques que abusan de su poder. Ya no queremos políticos corruptos manipulados por los poderes financieros.
Los políticos son ahora los enfermos que no reconocen su enfermedad: se han quedado estancados en la democracia pactada en el 78 y ahora la ciudadanía va por delante de ellos y les exige que se adapten y que adapten las leyes, que respondan las demandas del pueblo, que reaprendan, que ya ha llegado a su fin el ciclo político de la transición y tienen que reciclarse.
España ya necesita desde hace varios años una nueva era política:
- Donde a los políticos corruptos se les pueda juzgar como a cualquier otro ciudadano.
- Donde sea elegido el que más votos recibe, fuera de listas cerradas y de la obsoleta Ley d´Hondt.
- Donde los políticos no tienen privilegios porque están cumpliendo su trabajo como cualquier otro ciudadano.
- Donde el pueblo soberano participa en las decisiones trascendentes del país a través de referéndums (ejemplo: someter a referéndum el pacto del euro, la permanencia en la Unión Europea, las alianzas internacionales, así como decisiones trascendentales internas como el cambio administrativo de la estructura autonómica a la estructura provincial para evitar duplicaciones de gastos y de decisiones, la reforma laboral, las reformas necesarias en la Constitución del 78, la reforma de las pensiones, etc…
- Donde los ciudadanos puedan plantear la iniciativa legislativa popular en cualquier materia, sin restricciones.
- Donde se da prioridad absoluta a las necesidades y circunstancias de los ciudadanos por encima de intereses partidistas y por encima de intereses económicos de los poderes financieros.
- Donde a los políticos se les pueda exigir responsabilidad por su mala gestión.
- Donde hay separación efectiva y real entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
- Donde existe una sola Cámara representativa en la que se hayan todas las fuerzas políticas diversas que han sido elegidas por los ciudadanos.
- Donde…..
¿Y qué podemos hacer la ciudadanía? Seguir protestando de manera pacífica para que los políticos cambien, para que escuchen las demandas de los ciudadanos y actúen en consecuencia… Pero como ésto parece que va lento y que se lo pasan por el forro de… Entonces lo mejor es crear una nueva fuerza política que entre en acción y, con el apoyo y los votos de la ciudadanía, comience a llevar a cabo el necesario cambio de mentalidad sociopolítica.
¿Quién será el valiente o la valiente?