Aunque me quedé con ganas de más, esta exposición de Andy Warhol en Caixaforum, recoge una muestra muy representativa de sus mejores obras.
Me sorprendió su faceta de ilustrador y dibujante en libros y revistas con su peculiar estilo simplista a pluma. No lo conocía.
Totalmente hijo de su tiempo, sus obras inspiradas en el consumismo, como los botes de sopa Campbell, el detergente Brillo, las botellas de Coca-Cola y otros motivos, fueron de los más fotografiados, junto con sus obras más conocidas como los dípticos coloristas de Marilyn Monroe y otras celebrities.
También me llamaron la atención sus portadas de discos, entre las que me sorprendió una de Miguel Bosé.
La faceta de cineasta experimental de Warhol también tiene su representación en la exposición.
Viendo esta exposición he entendido mejor el pop art y, además de disfrutar festivamente de todo ello, he saltado la barrera de los prejuicios sobre lo que puede o no puede ser arte, dejando atrás los convencionalismos ortodoxos.
Una retrospectiva ideal para disfrutar de viejos mitos del siglo XX que nos recuerdan la importancia de romper moldes, de saltar prejuicios, de vivir la individualidad y reafirmar las peculiaridades, de disfrutar la libertad de ser uno mismo...
El mensaje de Warhol, único y personal, transgresor y provocador, innovador y abierto a todo lo nuevo, colorista y divertido, sigue vivo.
Sus palabras:
En el futuro todo el mundo será famoso durante quince minutos. Todo el mundo debería tener derecho a quince minutos de gloria.
Un artista es alguien que crea cosas que la gente no necesita tener.
El sexo es mucho más excitante en la pantalla y en las páginas que en las sábanas.
No hagas ningún caso a lo que la gente escribe sobre ti. Solo mídelo en centímetros.
La idea no es vivir para siempre. La idea es crear algo que sí lo haga.
Si quieres saber todo sobre Andy Warhol, basta con ver mis pinturas y películas y allí estoy. No hay nada más.
Me gustaría ser una máquina. Es que la vida duele tanto... Si pudiésemos convertirnos en máquinas todo nos dolería menos. Seríamos más felices si estuviéramos programados para ser felices.
En Caixaforum hasta el 6 de mayo de 2018.