Después de unos días de festejos y familia, volvemos a la cita musical de este mes. Hay tantas estrellas en el firmamento: infinitas, como infinito es el Universo. Hoy vamos a disfrutar con algunas de ellas. Vamos a saltar de aquí para allá sin importar género, época ni estilo. Son estrellas, eternas, atemporales, ajenas al paso del tiempo, porque siempre estarán ahí, en el limbo de los mitos. Hoy les toca a ellas, divinas en su etéreo pedestal celeste.
Cuentan que el secreto de la seductora y cautivadora mirada de Marilyn era su miopía: esos ojos entornados que miraban sin mirar. Total, que te estaba mirando pero no te veía. De eso entiendo porque sin gafas lo veo todo borroso. Puedes estar mirando profundamente a algo o a alguien y resulta que sólo estás viendo un bulto o una forma indefinida que se mueve.
Cuentan que el secreto de la seductora y cautivadora mirada de Marilyn era su miopía: esos ojos entornados que miraban sin mirar. Total, que te estaba mirando pero no te veía. De eso entiendo porque sin gafas lo veo todo borroso. Puedes estar mirando profundamente a algo o a alguien y resulta que sólo estás viendo un bulto o una forma indefinida que se mueve.
Para mí Cabaret es una de mis películas favoritas e imprescindible. Si Marilyn es la chica de los ojos entornados y seductores, Liza es la chica de la mirada viva y chispeante.
Y para terminar el elenco estelar de hoy, una reina del vodevil y del cabaret de los años 20 y 30, la primera black superstar: Joséphine Baker. Intrépida, rompedora, pionera en su tiempo, sorprendente, con una voz angelical y con un cuerpo y bailes demoníacos, como muchos lo calificaron en su época. Una vida fascinante, y no me refiero a sexo, drogas y rock'n'roll, sino a una vida llena de experiencias interesantes, implicada socialmente con su gente, y llena de vaivenes personales, profesionales y sociales, hasta los últimos días de su vida...
Imparable, llegaron a calificarla como demoníaca...
Imparable, llegaron a calificarla como demoníaca...